No somos la sustancia - somos la potencia por Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura Prabhupāda



 Edición en línea

Año-16, Edición 6 - 10 de julio de 2023

Rays of the Harmonist en español

Dedicado a nitya-līlā-praviṣṭa oṁ viṣṇupāda

Śrī Śrīmad Bhakti Prajñāna Keśava Gosvāmī Mahārāja.

Inspirado por y bajo la guía de nitya-līlā-praviṣṭa oṁ viṣṇupāda.

Śrī Śrīmad Bhaktivedānta Nārāyaṇa Gosvāmī Mahārāja.

No somos la sustancia - somos la potencia

por Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura Prabhupāda


No somos la sustancia - somos potencia. La posición de la jīva es que es una parte de la taṭasthā-śakti (potencia marginal) que puede disfrutar de la energía material, que puede dejar de disfrutarla y que puede volver a su posición original. Situado en el estado de ánimo devocional, puede ofrecer sus servicios al Absoluto en lugar de coleccionar sirvientes de este mundo, que es el apuro del cerebro engañoso. Ese estado de ánimo de disfrute no es más que un cebo y una trampa y no nos conducirá al Absoluto. Determinar el verdadero yo nos conducirá allí.

Primero debemos darnos cuenta de esto: tenemos necesidad de recibir la bendición divina, nuestra propia bendición, del yo. Como ahora estamos en el marco humano, tenemos la oportunidad de conocer el hecho de la trascendencia. Los seres inanimados no se conocen como sintientes. Están privados de la facultad de comprender la vibración sonora trascendental. Ni siquiera podemos comunicarnos con ellos sobre sus necesidades futuras. Pero desde que tenemos vida humana, estamos en una condición que nos permite oír, a través del medio del sonido trascendental, una respuesta perfecta a nuestro deseo de obtener lo más elevado que uno pueda anhelar. 

A través de nuestra actividad perceptiva, hemos experimentado nuestra finitud tanto en nacimientos anteriores como en éste. Nos hemos encontrado con muchas cosas y hemos llegado a la conclusión de que debemos buscar lo mejor. Y para ello estamos llamados a prestar suficiente atención a nuestra propia propiedad, nuestra propiedad eterna. Esta llamada se basa en la oportunidad que nos ofrece nuestro actual marco humano.

Cuando pensamos que somos almas condicionadas, siempre miramos el lado exterior de nuestra existencia -es decir, el cuerpo externo que tenemos- y luego llegamos a inspeccionar el aspecto interior que llamamos nuestro cuerpo astral. Ambos van y vienen, por lo que no tienen referencias eternas asociadas a nosotros. Pero como nuestras almas son eternas, no podemos considerar que el cuerpo externo insustancial o el cuerpo interno transitorio sean idénticos al alma. Se incorporan más tarde por abuso de nuestro libre albedrío. Cuando abusamos de ese libre albedrío, o cuando mostramos nuestra desconfianza para servir al Absoluto, a la Sobre-Alma, nos creemos con derecho a dominar la naturaleza y los fenómenos naturales. Pero estas cosas, por así decirlo, sólo tienen un nivel temporal de existencia. El yo eterno nunca debe considerarse idéntico a la mente, que no es más que un agente del alma y está diseñada para inmiscuirse temporalmente en el mundo exterior. 

No debemos confundirnos con el símil de que la rotura de la vasija es como la disolución del cuerpo material*, y no debemos llegar a la conclusión de que no tenemos otro destino que ser absolutamente idénticos al Alma Suprema, pues no es así. En realidad somos cavidades mensurables, como el espacio hueco dentro del frasco. Por el simple hecho de romper el marco externo, no debemos pensar que nos volveremos inconmensurables. Decididamente, siempre somos cosas mensurables. Esta medida, o la plataforma misma de la finitud, es suficiente para que no nos consideremos el Sobre-alma. El ser finito nunca debe pensar que una instancia de finitud puede pretender ser el infinito. De ahí que Śrī Kṛṣṇa Caitanya nos haya dicho que, en el núcleo de tu ser, no eres otra cosa que un Karsna (adorador del Señor Kṛṣṇa), o un Vaiṣṇava (adorador del Señor Viṣṇu). No tienes otra función eterna que servir a Śrī Kṛṣṇa.

 

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* El aire contenido en un frasco se mezcla con la totalidad del aire cuando el frasco se rompe.

 

Requerimos una solución para los diversos problemas de nuestra vida, pero somos susceptibles a las interrupciones y perturbados por las relaciones exteriores en las que potencialmente debemos reunirnos y discutir diferentes ideas y pensamientos contendientes del exterior. Así que requerimos instrucción divina para nuestro propósito. Nos lo asegura el himno cantado por el Señor Supremo Śrī Kṛṣṇa:


sarva-dharmān parityajya

mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja.

ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo

mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ

Bhagavad-gītā (18.66)


 La esencia de esta declaración es "Depende de Mí. No tendrás que arrepentirte por tal sumisión. Todo lo que hayas adquirido hasta este momento, déjalo a un lado y acércate a Mí. Yo te dictaré el curso que debes adoptar".

 Adaptado de The Gaudiya Volumen 26, Número 10

por el equipo de Rays of The Harmonist


Fuente: purebhakti.com

Edición y traducción al español: Hari-ras das

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