Sri Guru Darshan: Capítulo 7° Una Predicción del futuro



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Una predicción del futuro

En su décimo cumpleaños, los padres de Śrīla Gurudeva le regalaron un caballo semental. Su padre, su abuelo y su bisabuelo tenían cada uno su propio caballo. Algunas veces Gurudeva y sus amigos iban a la jungla montados a caballo. Los jóvenes dejaban a sus caballos pastar mientras ellos exploraban el bosque, tenían un picnic y tomaban una siesta a la sombra de los árboles que dan albergue.
 Un día, ellos merodeaban más adentro del bosque de lo que generalmente entraban. Mientras exploraban una nueva zona de floresta, Gurudeva estaba recordando los pasatiempos de Rāma en el bosque de Daṇḍakāraṇya. Meditando en los pasatiempos de Rāma, se recostó en el suelo del bosque y tomó una siesta con sus amigos.
Después de despertarse, el caballo de Gurudeva estaba ausente. Mientras el atardecer se acercaba, aún el caballo no había sido encontrado por ningún lado. Gurudeva se puso cada vez más ansioso.
-“Pronto oscurecerá y aún tenemos un largo viaje de vuelta a casa”, dijo él: “¿Qué le diré a mi padre?”.
En la búsqueda del caballo, los chicos treparon una colina y contemplaron el paisaje. Sin poder verlo, ellos se separaron para buscar sus huellas en los alrededores. Después de unos minutos, uno de los chicos gritó:
-“¡Encontré una huella!” Sus amigos corrieron ahí.
-¿Dónde?”
-“¡Miren! Ahí.”
Ellos siguieron las huellas hacia una parte desconocida del bosque hasta toparse con un lago encantador y sereno. El caballo estaba parado cerca del agua sin moverse. Al ver a Gurudeva, el intento venir hacia él, pero de alguna manera era incapaz de moverse.
-“Él quiere venir, pero no puede”, dijo Gurudeva. “No hay ninguna cuerda que lo ate hacia atrás”.
-“¿Qué creen que lo está deteniendo? Preguntaron sus amigos. “¿Creen que pueda ser algún poder místico?”
-“Quizás” dijo Gurudeva. Él caminó hacia adelante e intentó mover al caballo, sin embargo, no pudo moverlo.
Mientras los muchachos investigaban el área para encontrar una explicación, llegaron hasta un yogī, que estaba parado sobre una pierna, ocupado en sus austeridades al lado de una cueva. El vestía ropas blancas y portaba muy grandes rastas.
Viéndolos, él dijo:
-“¿Por qué han venido aquí?”
Gurudeva habló en voz alta:
-“Vinimos aquí para encontrar a nuestro caballo”.
-“¿Es su caballo el que vino a beber de este lago?” dijo el yogī.
-“Sí” contestaron.
-“¿Por qué no lo observaron para asegurarse que no se alejara? Yo utilizo esta agua para mis adoraciones y ofrendas. Asimismo me baño ahí y bebo esta agua con cuidado de no contaminarla”.
-“Él estaba sediento y partió para buscar agua” dijo Gurudeva. “¿Cuál es la necesidad de tener etiqueta para un animal? Puedo ver que usted es una gran personalidad. Uno no debería enojarse con un animal”.
-“¡No!, Yo estoy enojado con ustedes, no con su caballo” dijo el yogī. “¿Por qué fueron irresponsables al descuidarlo?”
Al ver que el yogī tenía un mal genio, Gurudeva tocó sus pies y se dirigió con las manos juntas:
-“Oh gran sabio, por favor perdóneme por esta interrupción. Yo soy simplemente un muchacho ignorante”.
El yogī se complació con la humildad de Gurudeva y lo bendijo:
-“De hoy en adelante este caballo estará muy apegado a ti y nunca deseará dejarte”.
Intrigado Gurudeva preguntó:
-“Mahārāja por favor díganos, ¿Cuánto tiempo ha permanecido aquí?, ¿A quién adora y cuáles son sus austeridades?”.
-“¿Quién eres tú? ¿De dónde vienes?” Preguntó el yogī.
-“Mi nombre es Śrīman Nārāyaṇa y mi padre es un brāhmaṇa paṇḍita de Tiwārīpura”.
-“Así que aquí estás finalmente. He estado esperando tu llegada” dijo el yogī, “Puedo ver tu futuro. Tú también serás un yogī mendicante y te volverás famoso en todo el mundo” dijo riendo el yogī:
-“Tendrás decenas de miles de discípulos y constantemente estarás ocupado en cuidarlos”.
Gurudeva estaba sorprendido por la respuesta del yogī. Pasó un largo período en silencio y entonces preguntó:
-“¿Por favor díganos a quién adora?
-“¡Te adoro a Ti!, ¡Te adoro a Ti!” gritó el yogī con regocijo.
Todos los chicos estaban asombrados.
-“¿Me adora a mí? Preguntó Gurudeva confundido.
-“Sí, es por eso que ustedes vinieron a mí” contestó el yogī.
-“¿De qué otra manera podrías haber venido? Cuando tu caballo vino aquí, lo até con un encanto y así fui capaz de verte”.
 Śrīla Gurudeva no podía conciliar las palabras del yogī. Sus amigos pensaron:
-“¿A qué se refiere al decir “¿Yo Te adoro a Ti, Te adoro a Ti?”.
Al observar a los chicos confundidos, el yogī rió a carcajadas. Gurudeva y sus amigos pensaron:
-“¿Qué hará a continuación?”.
El yogī dijo:
-“He estado deseoso de encontrarme contigo hace mucho tiempo. Tal como los sabios del bosque de Daṇḍakāraṇya esperaron para poder ver a Śrī Rāma. Yo sabía que una gran alma había nacido en Bihar. Ahora estoy complacido y listo para partir. Te otorgo mis bendiciones. Serás un ācārya famoso en todo el mundo. En unos cuantos años, te encontrarás con sādhus puros. Abandonarás tu familia y viajarás por todo el mundo, propagando el amor puro”.
Śrīla Gurudeva consideró las misteriosas predicciones del yogī. Entonces, así como el sol empezaba a ponerse sobre el horizonte, el yogī dijó:
-“Tu haz venido y me has dado tu audiencia. Ahora, todos ustedes deben regresar a sus hogares. Yo realizaré mis meditaciones de la noche. Nos encontraremos de nuevo, si vuelvo a llamarlos con mis poderes místicos”.
Diciendo esto, el yogī entró a su cueva, dejando que los sorprendidos muchachos encontraran su camino de vuelta a través de las montañas desconocidas.
Tal como el yogī dijo, el caballo de Gurudeva se volvió sorprendentemente leal y no permitiría que nadie más lo montara. Gurudeva regresó muchas veces a esa área del bosque con sus amigos, sin embargo, nunca más volvieron a ver al yogī.
Él reflexionó en la predicción del yogī y ansiosamente esperó el encuentro con los sādhus que él había mencionado.


Fuente: Sri Guru Darshan
Traducción al español: Manjulali dasi
Edición y corrección: Hare Krishna das, Anupam das,  Hari-ras das

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