Sri Guru Darshan: 6to Capítulo "El poder de la oración"
El poder de la oración
Śrīla Gurudeva continuó sus estudios en
Dalsagara después de regresar de la residencia de su guru. El maestro tenía
gran afecto por él ya que era experto en todos los temas y porque no era
frívolo en ningún momento. Es más, los demás chicos lo respetaban y seguían su
ejemplo.
Entre los estudiantes, había un muchacho que
era particularmente problemático y molestaba constantemente en clase. Él
ignoraba las instrucciones y no cambiaba su comportamiento a pesar de las
repetidas advertencias del maestro. A diferencia de los demás estudiantes,
quienes mantenían la compostura en la presencia de Gurudeva, este muchacho
siempre estaba inquieto, hostigando a los demás mientras estudiaban o realizaban
sus actividades religiosas.
Un día,
este muchacho causó tantos problemas que su maestro lo encerró solo en el
cobertizo de la escuela. Después de un tiempo, el muchacho empezó a gritar:
-“¡Profesor!, ¡Profesor!, ¡Abra la puerta! ¡Hay una serpiente que me está atacando!, ¡Me está envolviendo con su cola y
está succionando mi sangre! ¡Abra la puerta!, ¡Sálveme!, ¡Ayuda!, ¡Ayuda!”.
Los demás estudiantes, preocupados, dejaron
sus tareas pero el profesor descartó sus llantos, diciendo:
-“¿Cómo pudo haber llegado una serpiente ahí?
Él lo está inventando”.
Por unos cuantos minutos, él muchacho continuó
gritando, mientras el profesor lo ignoraba y los estudiantes intentaban
concentrarse en sus trabajos. Posteriormente enmudeció.
En la tarde, cuando la escuela había
terminado, el profesor fue para dejar salir al chico travieso. Al abrir la
puerta del cobertizo, gritó:
-“¡Oh Bhagavān!”.
Todos los estudiantes corrieron. Ellos se
agruparon alrededor de la puerta del cobertizo y gritaron horrorizados. Una
serpiente enorme estaba envolviendo el cuerpo del travieso muchacho, desde la
cabeza hasta los pies y estaba bebiendo la sangre de su cuello. Sus ojos sin
vida miraban fijamente sin poder hacer nada, la espuma chorreaba de su boca y
su piel se había tornado azulada.
El profesor exclamó:
-“¡Oh mi Dios! Ahora vendrá su familia y
cavará mi tumba”.
Las noticias se expandieron rápidamente por
todos los poblados cercanos. Para el ocaso, una multitud de cientos de personas
estaban reunidas. Todos estaban asustados de acercarse a la serpiente.
Observando la situación, Gurudeva se dirigió a la muchedumbre en voz alta:
-“El muchacho está muerto. Ahora debemos
conseguir que la serpiente se vaya lejos. Tengan fe en los santos nombres del
Señor Rāma. El Rāmāyaṇa es la verdad suprema. Cuando Indrajit (el hijo de Rāvaṇa)
ató a Rāma y Lakṣmaṇa con su serpiente mística, Garuḍa apareció y la serpiente
inmediatamente escapó. De esta manera, oremos a Garuḍa por su ayuda con versos
del Rāmāyaṇa y así por su poder la serpiente se irá”.
Aunque Gurudeva tenía solo nueve años, su
convicción conmovió a los pobladores y aceptaron su consejo, por lo que
empezaron a orar a Garuḍa. Gurudeva recitaba versos relevantes del Rāmāyaṇa y
así pronto la serpiente se desenvolvió y deslizó lejos. El cuerpo entumecido
del muchacho fue tomado y puesto sobre una mesa. Los padres lloraban
desconsoladamente al ver a su hijo muerto. Después de escuchar la causa del
accidente, los furiosos pobladores estaban listos para castigar al profesor.
Śrīla
Gurudeva intervino:
-“¿De qué sirve que golpeen al profesor? Sean
pacíficos y órenle a Bhagāvan por el alma del niño. Si Dios lo desea, el
muchacho puede volver a la vida. Si no, al menos por nuestras oraciones su alma
puede progresar hacia un destino más elevado. Aquella persona que muere de una
forma horripilante, deambulará en el cuerpo sutil como un fantasma. Por lo
tanto, debemos orar para su beneficio. Después podremos ir al Gaṅgā y observar
sus últimos rituales. Śrī Rāma es idéntico a Su nombre. Si le oramos
pronunciando Sus nombres, Él seguramente será misericordioso. La
personificación de la muerte misma huye asustada tras escuchar el nombre de Rāma”.
Cuando los
pobladores de corazón simple empezaron a recitar el Rāmāyaṇa, la oscuridad
cubría el lugar. Al amanecer, en medio del sonido del solemne kīrtana, Śrīla Gurudeva adoró el Śālagrāma del Señor Nārāyaṇa al bañarlo con
agua del Gaṅga y ofrecerle hojas de Tulasī untadas con pasta de sándalo. Poco
después, el salpicó el agua sagrada en la boca del niño.
Para la sorpresa de todos, el muchacho abrió
sus ojos y miró alrededor con desconcierto. Cuando se sentó, fuertes gritos de:
-“¡Haribol!, ¡Haribol!” llenaron el pueblo.
La gente dijo:
-“¡Por la gracia del Señor Rama, el muchacho
ha vuelto a la vida!Śrīman Nārāyaṇa no es un chico ordinario”. Los aldeanos
posaron con éxtasis a Gurudeva sobre sus hombros y bailaron, cantando:
-“¡Toda victoria a ti!, ¡Todas las glorias a Sītā-Rāma!,
¡Toda victoria a ti!”.
Las noticias sobre el milagro se expandieron y
el tema fue ampliamente conversado. La gente local concluyó que Śrīman Nārāyaṇa
era un gran devoto bendecido por Dios. Los residentes de Tiwārīpura respetaban
a Gurudeva y conversaban sobre lo ocurrido diciendo:
-“Śrīman Nārāyaṇa es como el sol brillante de
nuestra aldea”.
El joven resucitado ya no era travieso y se
volvió el querido amigo de Gurudeva, siendo cercano a él tal como si fuera su
sombra. Después de un tiempo, este chico se volvió inquieto en el hogar y
decidió sufrir severas austeridades para alcanzar perfecciones místicas. Un
día, él entró al bosque y no fue avistado en Tiwārīpura por muchos años.
Fuente: Sri Guru Darshan
Traducción al español: Manjulali dasi
Edición y corrección: Hare Krishna das, Anupam das, Hari-ras das