Jugando en los Columpios durante la estación lluviosa (Srila Vishvanath Chakravarthi Thakur)



Krishna Bhavanamrita Mahakavya
     Por Srimad Vishvanath Chakravarthi Thakur

Jugando en los columpios durante la estación de lluvia
Undécimo Capítulo– Asta-kalya-lila (10:48 a.m. - 3:36 p.m.)

Rodeado de sakhis, Krishna salió de la Kunya, la mirada como una abeja de Su gran amada bebió la miel de Su dulzura. Era como si millones de Cupidos derrotados en belleza por Krishna, adoraran una gota de la belleza de las uñas de Sus pies.

Mirando a Radhika, Krishna colocó Su brazo izquierdo en Su hombro haciendo que Ella se estremeciera de éxtasi, de la misma manera que una flor de loto dorada tiembla en las grandes olas del océano de dulzura. De los dos lados las sakhis Les entregaban tambula envuelta en hojas de betel. Sri Radhika tomó una con los dedos de Su mano izquierda y la puso en la boca de Krishna. Krishna luego tomó una con Su mano derecha y la introdujo en la boca de Radhika. Krishna sostuvo Su brazo izquierdo sobre el hombre de Radhika y desde ahí, quiso tocar Sus pechos con Sumano izquierda pero Ella Lo golpeó con Su mano. Esto se veía tan maravilloso como una flor de loto tratando de saborear un ganso chakravaka nadando en una laguna de belleza natural, estando obstruido por una flor de loto roja.

Radha y Krishna caminaron sobre un sendero sombreado por árboles. Ocasionalmente el sol afligía a Radhika haciéndola transpirar, por lo tanto, Krishna Se inclinó para que la sombra de Su corona cubriera el bello rostro de Su amada del sol. Radha y Krishna parecían una nube de lluvia y un relámpago dorado de la tierra en donde encima seencontraban dos lunas (Sus rostros), que brillaban aun durante el día, causando que los ojos de loto azules florecieran siempre en la piel clara de las sakhis. Al ver los rostros de luna de Radha y Krishna salir, los gansos chakravaka se entristecieron, los pavorreales comenzaron a bailar llenos de bienaventuranza, los cisnes se asustaron y los pájaros chakora se llenaron de alegría. Estos humores contradictorios de bienaventuranza y tristeza son la creación natural del Señor Brahma.

Lentamente, poco a poco Radha y Krishna caminaron por el camino conducido por Vrinda, hasta llegar al bosque de divertidos pasatiempos llamado Varsa Harsa, la bienaventuranza de la estación de lluvia. Las nubes, sintiéndose derrotadas billones de veces por Radha y Krishna, quienes eran como la nube de lluvia y el relámpago en el suelo, la nube de lluvia y el relámpago del cielo comenzaron a pensar: “No estamos cualificados para permanecer encima de Radha y Krishna, pero, ¿adóndeiremos entonces? Todo el firmamento está penetrado por Su resplandor”.

Pensando de esta triste manera, las nubes se volvieron blancas por llorar gotas de lluvia (como las nubes que se vuelven blancas en la época de lluvia). Se miraban como un paraguas azul incrustado con oro (las centellas), sirviendo para proteger a Radha y Krishna del calor del verano. Estas duchas eran como dos síntomas del éxtasi sátviko, llorando y volviéndose de repente pálidas. Estas nubes y rayos glorificaban a Radha y Krishna con sus suaves y desfallecientes voces (otro síntoma de éxtasi) retumbado con truenos.

Cuando Radha y Krishna jugaban en el bosque de árboles de Kadamba, los árboles con sus miles de ramas azules que ascienden gradualmente, y sus flores doradas que duchaban un rocío de miel de amor, conquistaron la belleza de las nubes de lluvias y sus centellas. Las largas plataformas de joyas entre los árboles de kadamba, le daban placer a Krishna día y noche, siendo rociadas éstas por la miel de las flores protegidas por abejas siempre avispadas.

En cada lado de estas plataformas había dos árboles de pie como pilares cuyas ramas se abrasabanencima de las plataformas, sosteniendo balcones de esmeraldas en dondeguindaban guirnaldas de flores. De estas bellas ramas, colgaban cuerdas rojasincrustadas de perlas las cuales sostenían los columpios. Cada columpio teníados asientos dorados, y eran mecidos por la suave briza.

Las sirvientas removían artísticamente los tallos de las fragantes flores |y esparcían las florecidas flores en los asientos de los columpios, cubriendo estos pétalos con sábanas muy delgadas y suaves. Con su deliciosa fragancia y suavidad estos columpios podían atraer aSri Krishna. Syam vio el mejor de todos los columpios con una bandera encima, y Se montó sobre éste. Era como si la personificación del éxtasi Se sentara en el columpio que era servido por la diosa de la belleza.

Para quedar totalmente duchados por las lluvias, Krishna haló a Su amada, quien sujetaba Su mano, y La sentó en el columpio viendo hacia Él. Esto era como la personificación del éxtasi mirando hacia una incansable laguna de amor. Las siervas de Radha y Krishna Los servían lanzando flores, haciendo arati de Sus bellos rostros, cantando, enderezando Sus collares y el turbante de Krishna y sirviéndoles tambula (nuez de betel envuelta en una hoja) y guirnaldas.

Las prana sakhis (amigas de Radha), estaban de pie de cada lado del columpio. Ellas amarraron sus velos y fajas y dando pasos para adelante y atrás empujaban el columpio, inclinando sus cuerpos al empujar. Dos otras sakhis muy afortunadas se pusieron depie en cada lado del columpio y sujetaban hojas de betel en sus manos, lascuales colocaban en las bocas de loto de Radha y Krishna cuando el columpio disminuía su velocidad. Otras sirvientas avanzadas, que tenían caracteres muy dulces y que flotaban en la corriente del amor divino, ducharon a Radha y Krishna con los mejores pétalos de flores de sus manos.

Las diosas en el cieloglorificaban su buena fortuna por ver los pasatiempos de Radha y Krishna meciéndose en el columpio. Ellas quedaban sin sentido del éxtasi y a pesar de no poder satisfacerse sus deseos de obtener el cuerpo de una gopi, duchaban ávidamente con flores a Yulaga Kishora, la Jovial Pareja Divina. Las nubes también duchaban bienaventuradamente sus lluvias, la cual se convertía en miel cuando se fusionaba con la lluvia de flores. Estas gotas de miel se miraban como perlas cuando caían en los cuerpos de las gopis, y hacían amistad con las perlas que ya estaban ahí. Las dulces canciones de las gopis se difundieron por todo el cielo y la fragancia que salió de sus bocas abiertas agitó a las abejas, las cuales ofrecían bellos elogios a estas gopis.

La luna del éxtasi gradualmente crecía durante el festival del columpio de Radha y Krishna, en elcual Sus collares, aretes y guirnaldas bailaban; Sus fajas de campanas en Sus cinturas y Sus tobilleras con campanitas eran instrumentos idóneos para hacer música; y Sus sonrisas gentiles se volvieron la audiencia de todo esto. Los ojos de loto de Radha y Krishna se mecían en las olas del océano creciente del resplandor de Sus cuerpos. Al ver esto, las sakhis, obtuvieron la gran riqueza de la bienaventuranza. Ese deseo profundo, que funcionó desfavorablemente para el desarrollo de estos pasatiempos agitando las mentes de Radha y Krishna, no pudo perturbar el festival del columpio en lo absoluto. Los sabios dicen que esto se da por el poder del lila-shakti, el poder de los pasatiempos personificado por Vrinda Devi.

Las ramas de los árboles enlas cuales colgaban las cuerdas del columpio, comenzaron a mecerse y con sus hojasy flores servían a Radha y Krishna abanicándolos. Las guirnaldas de flores quecolgaban en las ramas, las cuales estaban tejidas de muchas variedades diferentes, también se mecían y las abejas no podían atraparlas, a pesar de intentarlo cuidadosamente. Estas abejas se miraban muy bellas cuando zumbaban y rondaban con estas guirnaldas mecedoras.

Radha y Krishna querían ir más rápido, así que empujaron el suelo con Sus pies para acelerar la velocidad, causándoles esto mucho éxtasi amoroso a las sakhis, con sus expertas elevaciones y descensos. Se miraban muy divertidos cuando Se mecían hacia arriba y abajo. Cuando Krishna estaba arriba, la guirnalda de Krishna abrazaba la blusa de Radha. Esta visión hizo muy feliz a las sakhis. Radha y Krishna vieron Sus propios reflejos en cada uno de Sus cuerpos sin poderse ver a Si mismos. Esto les causó gran tristeza y comenzaron a suspirar profundamente. Esta respiración y suspiros empañaron el brillo de Sus cuerpos, los cuales eran como espejos, y al no ver más Sus reflejos, Se alegraron mucho.

Luego, el océano de deportes traviesos, Sri Krishna Mismo, comenzó a empujar el columpio más y más rápido sólo para divertirse, haciendo que éste subiera tanto que las posaderas de Srimati Radhika tocaron las hojas de las ramas del árbol kadamba. Ella Se asustó mucho pensando que Se podía caer y dijo: “¡Ajá! ¡No mesas ya el columpio! ¡No más!” Cuando Madhava escuchó esto comenzó a reírse y en vez de disminuir la velocidad, aumentó la velocidad más aun. La trenza de Srimati Radhika se aflojó, Su velo se resbaló de Su cabeza y Sus ornamentos se desarreglaron.Viendo que Ella ya no podía detener la velocidad del columpio con Sus pies, porque necesitaba Sus pies para sostener Su sari y evitar que éste volara en el aire, Krishna comenzó a reírse.

Sus ojos estaban satisfechos y de nuevo aumentó la velocidad para que Radhika dejara Su asiento y Lo abrazara alrededor de Su cuello. Krishna también la abrazó. De este modo, los cuerpos de la Pareja Jovial, Yugala Kishora, que parecían una flor de loto azul y una flor dorada champak, se volvieron uno. De esta unión la fragancia de estas flores también emanó, perforando a través de los planetas celestiales y alcanzando finalmente la nariz de Padma, la diosa de la fortuna, y otros residentes de Vaikuntha.

Al ver a Radha y Krishna enel columpio sin ningún soporte en Sus manos, las sakhis sujetaron el columpio y lo detuvieron. Sri Radhika Se bajó del columpio y Se afilió con Sus sakhis contándoles cómo Krishna había jugado con Ella. Luego Ella tomó a la directora de todas las sakhis, Lalita, la sentó al lado de Krishna en Su columpio y comenzó a cantar con amor. Krishna hizo con Lalita lo mismo que hizo previamente con Radhika. Después de hacer lo mismo con Vishakha y todas las otras sakhis, Krishna Se bajó del columpio. Luego Él Se expandió en muchas formas, Se sentó en el columpio en una forma y llevó a dos sakhis con Él en otro columpio, alzándolas con Sus brazos y meciéndose con ellas. ¿Qué es, al final de cuentas, imposible de hacer para Krishna, el océano del amor? Cada gopi vio que Krishna estaba sentado en el columpio con ella solamente, bebiendo la miel de su rostro de loto. Estono es sorprendente porque ¿qué es imposible de hacer para la potencia del deseo, el hijo del Señor de Gokula?

Había un columpio con la forma de una flor de loto en la cual Mukunda Se subió con Sus queridas gopis, tan pronto Vrinda Se la enseñó. La parte central del loto tenía almohadas. Krishna colocó Su brazo izquierdo en el hombro de Radhika, y las ochos sakhis principales se sentaron en los pétalos que rodeaban el verticilo de la flor; las dieciséis sakhis secundarias se sentaron en las otras hojas circundantes. En gran éxtasi, Vrinda trajo deliciosos dátiles, manzanas de agua, uvas y otros tipos de frutas. Las sakhis comieron lo que Radha y Krishna dejó en Sus platos. Antes de esto, ellas bebieron un jugo cuyo sabor ridiculizaba el orgullo del néctar y después, Radha y Krishna y las sakhis se dieron amorosamente hojas brillantes y doradas de betel.
Nandi y Vrinda estaban felices empujando el columpio de loto. Los rostros de las siervas se iluminaron en éxtasi mientras cantaban diferentes canciones. Durante el pasatiempo festivo del columpio, Krishna obtuvo la victoria sobre las gopis y ganó las joyas de sus besos y abrazos. Luego las bajó delos columpios y deambuló con ellas de bosque en bosque.

Al ver el rostro de Radhika, Krishna pensó: “El bello rostro de Sri Radhika, que con Su suave sonrisa se abre casualmente por sí misma,  me recuerda a los capullos de la flor yuthi”,y colectó unas flores yuthi, las enhebró formando una guirnalda, y la usó en Su pecho. Las nubes en el cielo se asemejaban al resplandor del cuerpo de Krishna; los relámpagos se asemejaban al resplandor de las gopis y los gusanos rojos indragopa en el suelo, se asemejaban alas huellas rojas causadas por la laca roja (alta) de los pies de las gopis.Cuando Krishna, quien asemeja una nube, duchó Sus incomparables lluvias por doquier, las flores y enredaderas florecieron y las gopis, que asemejaban el maíz, se volvieron incomparablemente bellas y experimentaron un éxtasi grandioso. El bosque del monzón estaba también inmerso en duchas de bienaventuranza y rasa erótica.

Así termina el undécimo capítulo del Krishna Bhavanamrita Mahakavya, por Vishvanath Chakravarti Thakur,describiendo los pasatiempos meciéndose en los columpios.
Traducción: Radha Kanti Dasi
Fuente: Krishna Bhavanamrita Mahakavya, Capítulo 11


Srila Vishvanath Chakravarti Thakur





Entradas populares