Sri Guru Darshan, 5ta Entrega: Capítulo 4to Santi-yajña
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Śānti-yajña
Śrīla Gurudeva fue criado en una familia muy
numerosa, rodeado de muchos
parientes. Entre ellos estaban las
familias de sus tíos paternos; Nandalāla y Kamalākānta; la familia del primo de
ellos, Śyāmalāla Tiwārī; sus abuelos, Dhyānacandra Tiwārī y Dulāri-devī; su tío
abuelo Gorakanātha y muchos primos.
Completando la familia estaban los padres de Gurudeva y sus seis
hermanos (dos varones y cuatro mujeres). Los nombres de los hermanos de
Gurudeva eran Viśvanātha y Siddhanātha;
de sus hermanas eran Motirānī, Sarasvatī, Phulakeśarī y Anapi. Todos ellos residían juntos en un complejo
grande que estaba compuesto de cuartos simples, construidos con paredes de
arcilla y techos de paja. Todos ellos
vivían una vida llena de dicha y armonía.
La madre de Śrīla Gurudeva, Lakṣmī-devī, era
una matriarca imponente que mantenía el clan con su devoción. Entre sus varias actividades religiosas ella
adoraba el kīrtana y
solía irradiar de felicidad cuando se dedicaba a cantar. Ella le enseñó a Gurudeva desde su temprana
edad el proceso de cómo cantar. Así a
través de su inspiración hizo florecer en el corazón de Él un talento natural e
inclinación por el kīrtana.
El padre de Śrīla Gurudeva era conocido como
un erudito, y por otro lado como un gran luchador y experto deportista. Su conocimiento de las escrituras fue
heredado de su padre, Dhyānacandra y su fuerza física de su tío, Gorakanātha.
Los Tiwārīs poseían cerca de cien acres de
tierras para el cultivo. Estas producían una cosecha abundante, incluyendo
vegetales, frutas, arroz, cebada, trigo, dal y condimentos tales como la
mostaza.
El padre de Gurudeva permanecía ocupado todo el día, trabajando en los campos, trillando los granos y haciéndose cargo de los quehaceres del hogar. Por la tarde él se dedicaba a presidir las funciones espirituales de la casa.
El padre de Gurudeva permanecía ocupado todo el día, trabajando en los campos, trillando los granos y haciéndose cargo de los quehaceres del hogar. Por la tarde él se dedicaba a presidir las funciones espirituales de la casa.
Paṇḍita Tiwārī tenía un estilo de vida tan
activo que bebía siete litros de leche diarios para mantener su fuerza y
energía. Gurudeva adquirió la tenacidad
y ética de trabajo duro de su padre, ayudándolo en los campos, cargando las
cosechas y plantando árboles tales como el jamun, la jaca y el bambú.
Gorakanātha era famoso en todo Bihar como un
luchador invencible. Él era tan poderoso
que podía intervenir en medio de una pelea violenta de toros, subyugar a
cualquiera de ellos y tenderlo en el suelo. Gorakanātha trabajaba la tierra y
se dedicaba al cuidado y mantenimiento de las vacas, los caballos y los
búfalos.
A dos kilómetros de Tiwārīpura se encuentra el
poblado de Kulhadiya, hogar de las manadas de búfalos. Los Tiwārīs tenían una buena relación con los
Yādavas de Kulhadiya y Gorakanātha iba ahí ocasionalmente. En Kulhadiya había un búfalo salvaje que
tenía la fama de ser una bestia anormalmente grande y agresiva. Gorakanātha decidió que este búfalo sería un
buen semental para tener búfalos fuertes así que fue a Kulhadiya con una búfala
para que se reprodujeran.
Cuando los pobladores oyeron sobre sus
intenciones, ellos le advirtieron muy consternados:
-“No, No, Sr. Tiwārījī por favor no lo
intente. Usted está por cometer un
trágico error. Ese búfalo es una bestia
feroz. Si se pone rabioso, no permitirá
que nadie que se le acerque o escape con vida.
Es más una vez que obtenga a la búfalo hembra, nunca la dejará ir”. -“No se preocupen”, rió Gorakanātha. “Sólo
siéntense tranquilos y observen”.
Gorakanātha dejó a la búfala en un pastizal
cercano al búfalo salvaje sin ningún incidente y luego de unas cuantas horas
regresó para recogerla. Cuando el
volvió, los aldeanos le suplicaron:
-“Usted no
entiende, Sr. Tiwārījī, si intenta separarlos, el búfalo lo matará”.
Sin prestar atención a las palabras de los
aldeanos afligidos, Gorakanātha avanzó hacia el campo con grandes zancadas
sintiéndose muy seguro de sí mismo.
Mientras avanzaba, la multitud se reunía al filo del campo para
presenciar el incidente manteniendo una distancia segura. El búfalo salvaje lo notó desde la distancia
y comenzó a resoplar y retumbar sus pezuñas.
Mientras tanto Gorakanātha continuaba caminando hacia él sin ninguna
vacilación. La bestia rugió y empezó a
arremeterse ferozmente en la dirección de Gorakanātha con la cabeza
inclinada. Mientras más se acercaba, la
bestia balanceaba su cabeza hacia arriba para cornear a Gorakanātha, pero
Gorakanātha agarró sus cuernos y con un rugido y poderoso empujón, forzó
lentamente a la bestia a bajar su cabeza al suelo, oprimiendo su hocico contra
la tierra. El búfalo intentó embestir a
Gorakanātha una y otra vez, pero permaneció impotente frente a la fuerza
superior de su oponente. Finalmente, Gorakanātha soltó al búfalo y golpeó su
cabeza con una barra de fierro que guardaba bajo su cinturón. El búfalo, sintiéndose completamente
derrotado por primera vez, se dió la vuelta y cabizbajo se alejó sin mirar
hacia atrás. Cuando Gorakanātha regresó
a su casa, relató a la familia orgullosamente sobre su gran hazaña. Él tenía un cariño especial con su joven
sobrino-nieto, Śrīman Nārāyaṇa por lo que consecuentemente le dijo con afecto:
-“Tú debes intentar volverte tan fuerte como
yo. Si lo consigues nadie en este mundo
será capaz de desafiarte”.
Gurudeva en una manera dulce le respondió a su
tío abuelo:
-“Los leones y
los elefantes son animales muy poderosos. Ellos controlan a todos los demás
animales. Sin embargo será que este tipo
de poder complace a Bhagāvan? Más poderosa es aquella persona que está
desapegada y que controla todos sus sentidos, ocupando su cuerpo y mente en el
servicio de Bhagāvan Mediante el poder
físico, uno generalmente se vuelve arrogante y apegado a su cuerpo. Rāvaṇa incluso poseía vasto poder, pero Rāma
lo destruyó. Si uno se vuelve poderoso
en torno a su devoción por Bhagāvan, entonces será recordado por siempre”.
Al escuchar estas palabras de Gurudeva, los
miembros de su familia se dieron cuenta que esto era una clara indicación de
que el definitivamente se convertiría en un sādhu y abandonaria el hogar. Gorakanātha se apegó aún más a su
sobrino-nieto y su inclinación al servicio a Bhagāvan incrementó. Es más, varios años después el solía ir donde
Śrīla Gurudeva para buscar su consejo acerca de como hacer avance en su vida
espiritual.
La mayoría de los habitantes de Tiwārīpura son
instruidos y eruditos en las escrituras védicas. Ellos viven un tipo de vida
simple y puro y se abstienen de consumir alimentos impuros tales como la carne,
el pescado, los huevos, las cebollas, los ajos y los intoxicantes. Ellos practican actividades devocionales
tales como escuchar y cantar los nombres y las glorias de Dios, con un sentido
más allá de seguir la simple tradición familiar.
Un día, después del octavo cumpleaños de
Gurudeva, él le preguntó a su padre:
-“Papa, cada mañana te levantas temprano y
sirves a las Deidades. Todos los vecinos
vienen y te traen varios regalos para el servicio, y después das clases de hari-kathā. Quisiera que por favor me
expliques: ¿Qué te motiva a actuar de esta manera?; ¿Por qué vienen todos los
aldeanos y piden tus bendiciones?; ¿Cúal es el objetivo de todas estas
actividades?”.
-“Mi niño”, respondió Paṇḍitajī. “Si se adora
a Bhagāvan, la gente recibirá bendiciones y será exitosa en sus varios oficios.
Los granjeros tendrán abundante cosecha de granos, frutas y vegetales. La gente prosperará en sus trabajos y los miembros de sus familias se mantendrán sanos y libres de molestias”.
Los granjeros tendrán abundante cosecha de granos, frutas y vegetales. La gente prosperará en sus trabajos y los miembros de sus familias se mantendrán sanos y libres de molestias”.
-“¿Pero cómo es que esto beneficia al alma?”
preguntó Gurudeva.
“Escucha hijo mío” dijo Paṇḍitajī:
-“Este mundo está lleno de problemas y
conflictos. La gente mantiene la
esperanza de que por adorar a Dios podrán mantenerse felices y saludables. Ellos siguen el dharma para obtener una prosperidad material, satisfacer sus deseos
materiales y en última instancia para liberarse del ciclo del nacimiento y la
muerte”.
-“Si la
gente adora a Bhagāvan para satisfacer sus propios deseos”, afirmó
Gurudeva. “¿Pareceria ser que intentan
convertirlo a Él en su sirviente. Ellos Lo adoran con la intención de que Él
les provea de alimentos y refugio para sus familias. Al mismo tiempo lo hacen
para recibir el elogio de la sociedad y asi incrementar su prestigio. Entonces,
¿para el placer de quién lo están adorando?”.
-“Esta es un pregunta complicada”, respondió
Paṇḍitajī. “Cuando seas mayor
entenderás. No te preocupes por estos
temas ahora”.
“Padre”, dijo Gurudeva: “He escuchado tus
lecturas sobre el Rāmāyaṇa, el Bhagavad-gītā y el Bhāgavatam. En tus disertaciones explicas que todos hemos
nacido de acuerdo a nuestro karma previo. Luego continúas
señalando que el verdadero deber de una persona es servir a Bhagāvan y que solo
mediante este servicio es que uno puede sentirse completamente satisfecho. ¿Es este consejo para el cuerpo o para el
alma? ¿Cómo podemos relacionarnos con Bhagāvan y dejar así esta ilusoria vida
material?”.
-“Puedes preguntarle esto al guru de la
familia cuando venga, ahora ve a jugar” asintió su padre.
El guru de la familia, Paṇḍita Miśra, era un
guru casado muy famoso y renombrado.
Tenía una voz tan hermosa que cuando recitaba el Śrīmad-Bhāgavatam,
muchos se reunían para escuchar sus melodiosas recitaciones y sus sabias
explicaciones.
Un par de días luego de su llegada, Paṇḍita Bāleśvaranātha
le ofreció sus respetos y le dijo:- “Mi
hijo Nārāyaṇa ha estado esperando por su llegada. l es muy inquisitivo y le gusta
argumentar. Su curiosidad no tiene
límites”. -“Estudiemos su carta natal”,
dijo Paṇḍita Miśra.
Después de examinar el horóscopo de Gurudeva,
Paṇḍita Miśra concluyó:
“Su hijo es un niño serio. Tiene una devoción eminente y no tendrá
inclinaciones hacia la vida material.
Similarmente quien quiera que tome su asociación se volverá desapegado y
renunciante. Él siempre servirá a Bhagāvan
y a Sus devotos y cambiará la naturaleza mundana de quien sea que se le
acerque. El apego por la vida material
de esas personas disminuirá y se verán inclinadas hacia el servicio a Dios con
una devoción pura”. Tras escuchar estas noticias, la familia Tiwārī estaba
complacida pero al mismo tiempo se encontraba preocupada. Aunque estaban complacidos de que Śrīman Nārāyaṇa
era un gran devoto, ellos deseaban que él fuera un hombre de familia responsable,
que mantuviera el hogar.
Con la esperanza de evitar su renunciación
futura, ellos donaron más de lo normal para la caridad y propiciaron al Señor
con mantras védicos, mientras oraban para que el muchacho tuviera un cambio de
corazón. Sin embargo, cuando sus
esfuerzos no parecieron efectivos, prepararon una ceremonia védica de paz o śānti-yajña, para cambiar la naturaleza de su hijo.
Muchos brāhmaṇas distinguidos, vaiṣṇavas y sādhus fueron
invitados para asistir a la ceremonia de fuego.
Entre los invitados había un brāhmaṇa vaiṣṇava
renunciante y culto de Vārāṇasī, quien estaba visitando los lugares sagrados de
Tiwārīpura y sus alrededores. Cuando
todos los invitados llegaron, Śrīman Dhyānacandra y Paṇḍita Bāleśvaranātha
lavaron sus pies y se aseguraron de que estuvieran acomodados confortablemente.
Gurudeva sirvió respetuosamente a los sādhus
ofreciéndoles alimentos, lavando sus ropas y masajeando sus pies.
Cuando las preparaciones para la ceremonia estaban listas, Paṇḍitajī le pidió
a su hijo: -“Nārāyaṇa por favor ven a sentarte y ofrece oblaciones de Ghee con
granos al fuego”.-“Padre, primero quisiera formular algunas preguntas a los brāhmaṇas y vaiṣṇavas”
respondió Gurudeva. “Si me siento
satisfecho con sus respuestas, me sentaré y tomaré parte de este yajña”.
Entonces Él se aproximó a la asamblea y se
postró ante ellos con humildad y dijo:
-“Ofrezco mis reverencias a todos los
respetados brāhmaṇas y sādhus presentes. Por favor
otórguenme sus bendiciones”.
Los invitados pensaron:” Ellos dicen que es un
muchacho raro y serio, pero más bien parece dulce y humilde”.
“Si están complacidos conmigo”, dijo
Gurudeva. “Entonces tengo una pequeña
petición”.
-“Sí, pídenos lo que desees”, respondieron los
distinguidos invitados.
“Por favor tengan la bondad de responder a mis
preguntas: ¿Cuál es la meta última de la
vida?; ¿Con qué propósito realizamos tantas actividades religiosas? Estoy ansioso por escuchar la verdad y no
quiero ser engañado con consejos mundanos”.
El vaiṣṇava erudito de Vārāṇasī dijo: “Responderé a tus preguntas”.
Śrīla Gurudeva continuó:-“¿Si un hombre sirve
a sus familiares durante su vida entera podrá alcanzar la liberación de la
existencia material?; ¿Será que logre disipar el fuego de la atracción mundana,
de la ilusión y pueda realizar la naturaleza de su alma y de Dios?; ¿Con qué
propósito sigue la gente el dharma y la adoración a Bhagavān?”.
La asamblea permaneció en silencio esperando
la respuesta.
El vaiṣṇava contestó:-“Ahora hablaré de la verdad sin tapujos. No debes entrar en una relación de negocios
con Bhagāvan. La mayoría de la gente
adora a Dios ofreciéndole alimentos, ropa, riqueza y otros objetos materiales;
esperando que Él los recompense con los frutos de sus acciones. Si Bhagāvan no les provee con beneficios materiales,
entonces ellos abandonan su adoración”.
“Los trabajadores fruitivos, apegados a la vida kármica, tienen este
tipo de mentalidad de negociante para con Dios.
Ellos adoran a la gente mundana y a los semidioses para su prosperidad
material, sin considerar el bienestar de sus almas. Externamente ellos aparentan adorar al Señor
Nārāyaṇa junto a Su potencia espiritual, Śrī Lakṣmī-devī, la morada de toda
opulencia. Sin embargo, en realidad no
desean servir a Śrī Lakṣmī-devī, ellos lo que intentan es robar a Lakṣmī-devī
del Señor Nārāyaṇa y utilizar Su opulencia para promover su gratificación
sensorial”.
Gurudeva sonrió: “Sí. Usted definitivamente
está explicando la verdad, pero ¿Cómo puedo realizar la naturaleza eterna de mi
alma en relación con Bhagāvan?; ¿Cómo puedo alcanzar Su servicio?”. “Él
misericordiosamente nos proporciona este cuerpo humano, como un medio para
liberarnos del cautiverio material”. Sin
embargo “¿Cómo puedo hacer que mi vida sea exitosa y alcanzar la realización de
Dios?”.
-“Estoy complacido por tu deseo de conocer la
Verdad”, dijo el vaiṣṇava.
“Las relaciones en este mundo son pasajeras.
Los miembros de la familia viven juntos, tal como los viajeros que se
alojan en un hostal. Todos somos
refugiados lejos de nuestro verdadero hogar y estamos acá por nuestro deseo de
vivir apartados de Bhagāvan. La meta más
elevada de la vida es desarrollar una relación eterna y amorosa con Bhagāvan.
Esto es posible a través de sādhana (práctica espiritual seria), bajo la guía de un devoto puro. Cuando el devoto puro ve nuestro esfuerzo
sincero y nos otorgue su misericordia, todos los apegos de este mundo serán
disipados y el amor por Dios se despertará en nuestro corazón”.
-Sí, esta es la Verdad!”, concordó Gurudeva.
Después de contestar las audaces e
inteligentes preguntas de Gurudeva, el sādhu vaiṣṇava se
aproximó a Paṇḍita Bāleśvaranātha y le dijo:- “He contemplado la naturaleza de
su hijo. Él no es un niño ordinario con
un futuro corriente. Él no permanecerá
en esta casa, más bien, el mundo se convertirá en su hogar. Él salvará a muchas almas perdidas. Les hará entender cuál es su naturaleza
eterna y las conectará con Dios”.
Al escuchar esto, Paṇḍitajī se tornó eufórico
y abatido simultáneamente e inquirió del sadhu. “¿Debemos continuar con el yajña?”.
“Sí, este respondió “ Se debe continuar para
el placer del Señor Viṣṇu. Él es el
disfrutador de todas las actividades religiosas”.
Gurudeva se sentó y participó del yajña junto con su padre y su abuelo, ofreciendo oblaciones de granos,
mientras los sacerdotes vertían Ghee en las llamas del fuego sagrado. Cuando el sacrificio había sido completado Paṇḍitajī
y Śrīman Dhyāncandra distribuyeron caridad a todos los invitados y los
alimentaron con mahā-prasāda.
El vaiṣṇava de Vārāṇasī estaba impresionado con el carácter de Śrīman Nārāyaṇa
y antes de partir, escogió los versos prominentes del Rāmāyaṇa, Gītā y Bhāgavatam
que describen como desarrollar nuestra relación con Dios y se los dio a Śrīman
Nārāyaṇa para que se los memorizara.
Ellos se sentaron juntos y continuaron conversando acerca de temas
espirituales.
-“Si uno está involucrado en la vida familiar”
preguntó Gurudeva: “¿Es posible desapegarse de este mundo material y
desarrollar una relación con Bhagāvan?”.
El Vaisnava respondió:- Es muy raro. Aquellos
que están en la vida familiar, están apegados al disfrute sensorial. Su asociación similarmente genera apego en
nuestro corazón. Por otro lado, si uno se
asocia con devotos que son renunciantes, entonces uno puede alcanzar la auto-realización”.
Te narraré una historia védica que demuestra
esto acotó el santo:
“Había una vez un niño joven llamado Nārada,
que vivía en el bosque con su madre. Durante los meses del monzón en cāturmāsya (una temporada de cuatro meses en los cuales se observan votos
estrictos), muchos santos vinieron a quedarse en ese lugar para meditar y
realizar austeridades. Durante este
tiempo, Nārada y su madre sirvieron a los sabios recolectando madera para sus yajñas, recogiendo flores para su adoración y dándoles de comer por las
noches. Los santos realizaban ceremonias
de fuego, cantaban hari-kīrtana,
conversaban sobre temas espirituales y meditaban en el Señor Supremo. El corazón de Nārada era simple y puro por lo
que los sabios decidieron permitirle honrar sus remanentes de alimento y de
esta manera otorgarle su misericordia.
Al final de los cuatro meses, los sādhus se prepararon para dejar la ermita. Al ver que se marchaban, Nārada irrumpió en
lágrimas: Por su excelsa asociación, he olvidado de dónde soy y quién soy. Al estar en su compañía he podido permanecer
completamente absorto en el servicio a Bhagāvan. Ahora tengo miedo de que en cuanto partan mi
madre me ocupe nuevamente en actividades materiales y así pierda mi valiosa
oportunidad para el servicio devocional.
Temo perder gradualmente el deseo de cantar los santos nombres de Dios.
Por favor ayúdenme. Al escuchar la
súplica de Śrī Nārada los sabios le dieron un mantra para preparación. El trataba de cantar el mantra una absorción
profunda. Sin embargo, de rato a rato, su madre lo llamaba para comer, para
descansar o para que la ayudara con las tareas del hogar y así él perdía su
concentración. Al ver su anhelo por la
vida espiritual, su madre se inquietaba pensando: “Pronto él se escapará y me
abandonara”.
Nārada le oraba a Dios: “¿Cuándo estaré libre
de los apegos ilusorios?“ Un tiempo después, una serpiente vino y mordió a su
madre. Nārada la observó dejar su cuerpo
y así entendió que todos los cuerpos están destinados a morir, pero que el alma
es eterna Él partió sin lamentarse y
empezó su peregrinaje por los lugares sagrados de todo el mundo. Cantaba el mantra otorgado por los sabios con
profunda absorción, siempre orándole a Dios.
“Un día, Nārada tuvo la visión de Dios en el
cielo. El Señor le decía: “Cantar mi
mantra en silencio no es suficiente para satisfacerme. Debes cantar Mis nombres en voz alta a través
de todo el mundo. Si Me adoras sin cesar, mientras iluminas a otros, entonces
entenderé que tienes amor por Mí y que deseas Mí compañía”. “La visión
desapareció después de que Nārada escuchó estas palabras y él lloró debido a su
anhelo por ver nuevamente al Señor.
Cumpliendo con la instrucción de Bhagavān, Nārada viajó alrededor de
todo el mundo, cantando los nombres de Dios y aconsejando a aquellos con los
que se encontraba a que Lo adoraran. Con
el tiempo, se volvió reconocido como un gran muni (sabio) y devoto puro”. “En uno de sus viajes él se encontró con
un rey y le imploró: “Por favor cante los santos nombres de Dios”. El rey dijo: “Yo tengo tantas
responsabilidades que no tengo tiempo para adorar a Dios. Debo cuidar a los ciudadanos de mi país. Si usted remueve todas mis responsabilidades,
entonces cantaré. ¿Dónde está su sentido
del deber? Usted le dice a otros que
adoren y que abandonen sus obligaciones, pero ¿Quién mantendrá la sociedad si
todos obedecen su consejo?”. “Nārada
muni respondió: “Sus responsabilidades materiales únicamente lo atarán más a
este mundo y causarán que se olvide del verdadero propósito de la vida. Por otro lado, si usted acepta la
responsabilidad de servir a Bhagavān y a Sus devotos, Él le otorgará Su
misericordia. Por Su gracia usted será
bienaventurado, junto a aquellos que entren en contacto con usted. La mayoría de la gente se identifica con los
deberes temporales que no tienen nada que ver con sus almas. No obstante, “Oh!
respetado rey, este mundo es un lugar para enseñarnos como amar y servir a
Dios. Esta es la naturaleza y el
verdadero deber de todas las almas”.
“Por la
asociación de Nārada muni, la mentalidad del rey cambió y empezó a practicar sādhana y bhajana
(práctica devocional). El rey y sus ciudadanos entonces sintieron satisfacción
en sus corazones por adorar sinceramente a Dios con fe. Este es el resultado de
la compañía de los santos. Únicamente por servir a Bhagavān sin intensiones
egoístas es que uno puede sentirse complacido y cumplir con el propósito de la
vida humana”.
sa vai puṁsāṁ paro dharmo
yato bhaktir adhokṣaje
ahaituky apratihatā
yayātmā suprasīdati
Śrīmad-Bhāgavatam
1.2.6
“El dharma más
elevado de la vida humana es la devoción por el Señor transcendental. Esta
devoción debe ser consistente, ininterrumpida y desprovista de cualquier deseo
egoísta. Por la práctica del bhakti uno experimenta satisfacción y percibe la
bienaventurada forma de Kṛṣṇa”.
Śrīla Gurudeva consideró este consejo por un
tiempo y después preguntó:
-“¿Cómo puedo seguir apropiadamente cāturmāsya?”.
El sādhu vaiṣṇava estaba complacido con la sinceridad
del joven Śrīman Nārāyaṇa y le describió el proceso de cāturmāsya. “Lo más importante es siempre
recordar a Dios y nunca olvidarlo”, él dijo: “Todas las demás instrucciones de
las escrituras están subordinadas a este axioma y solo están presentes para
ayudarnos a pensar contantemente en Dios”.
smartavyaḥ satataṁ viṣṇur
vismartavyo na jātucit
sarve vidhi-niṣedhāḥ syur
etayor eva kiṅkarāḥ
Padma-Purāṇa
“Viṣṇu debe ser
recordado siempre y no debe ser olvidado en ningún momento. Todas las reglas y prohibiciones mencionadas
en las escrituras están subordinadas a estos dos principios”.
El sādhu Vaiṣṇava
continuó:
-“La mente y los sentidos son más inquietos de
lo habitual durante la estación de lluvias y ciertos alimentos los agitan y
hacen que sea difícil recordar a Dios.
Muchas entidades vivientes en formas sutiles caen y vienen a la tierra a
través de las gotas de lluvia para obtener nuevos cuerpos en el ciclo del
karma. Entidades apasionadas encarnan en
ciertos alimentos que crecen en ese momento y luego entran al cuerpo y agitan la mente. Los vaiṣṇavas evitan tales alimentos durante cāturmāsya. Durante el primer mes los
vaiṣṇavas se abstienen de hojas
verdes; el segundo mes, yogurt; el tercer mes, leche; y finalmente el cuarto
mes; sésamo y mostaza. Durante los
cuatro meses, ellos evitan alimentos que incrementan la pasión, tales como el
tomate y aquellos que poseen mucha proteína como el urad-dahl”.
Gurudeva tomó el consejo del vaiṣṇava en su corazón y lo despidió cariñosamente antes de que partiera.
Estrictamente observó cāturmāsya
durante su juventud. Incluso para poder dedicar mucho de su tiempo en las
prácticas espirituales el terminaba inteligente y rápidamente sus tareas de la
escuela y sus deberes.
Fuente: Sri Guru Darshan
Traducción al español: Manjulali dasi
Edición y corrección: Hare Krishna das, Anupam das, Hari-ras das