Las glorias de Sri Madhvacharya (Por Sripad Premananda Prabhuji)



Vrindavan, 19 de febrero de 2013

La aparición y desaparición de las almas liberadas en este mundo ocurren  con el objeto de ayudar a las entidades vivientes. Hoy es el día de la desaparición de Srila Madhvacharya e intentaremos recordar sus glorias.

Srila Madhvacharya es la encarnación de Hanuman, Bhima y Vayu. ¿Por qué apareció en este mundo? Dios envía a Sus encarnaciones a este mundo y la gente Las adora como Deidades. Al principio de kali-yuga, muchas filosofías, como ser: las enseñanzas de Buddha, Shankaracharya y los jaimistas, surgieron para menoscabar la fe que la gente tenía en Dios, en la forma de Su Deidad.

Los budistas destruyeron las Deidades de Dios y enseñaron que los Vedas, Upanishadas y el sastra son falsos. Ellos no adoran ni respetan ninguna Deidad de Dios. Cristianos, musulmanes y otras religiones con tintes de impersonalismo construyen supuestos templos y mezquitas, pero en ellas no hay Deidades de Dios. Ellos proclaman: “Eso es idolatría mundana. Servicio al hombre es servicio a Dios”.

Por enseñar esa filosofía, en realidad ellos están adorando la deidad de su propio cuerpo físico.

Cuando quienes disfrutan sus propios cuerpos, adoran a otros disfrutadores del cuerpo, y en nombre del servicio a Dios resultan propagando la filosofía bhogavada; una filosofía basada en la gratificación burda de los sentidos. Por reverenciar a líderes del movimiento impersonalista y nihilista, sus tratados llegan a los ciegos seguidores, y de esta manera la sociedad falta al respeto y destruye las Deidades de Dios. Los líderes alientan esto, sin interesarse en que sus seguidores escapen de la atadura material, ya que si uno hace relación con las Deidades de Dios, entonces cruzará maya, y ya no seguirá bhogavada, impersonalismo o nihilismo. Ésta es la política demoníaca de los líderes demoníacos. 

Con el objetivo de engañar a la gente y hacerla sufrir más en maya, predican estas filosofías. La gente abre grandes templos, centros y lugares de prédica, pero no encontrarán Deidades ahí. Ellos dicen, “Dios no tiene forma ni atributos. Las Deidades son sólo mundanas, la adoración de ídolos es un engaño a la humanidad”. Sus filosofías son completamente contrarias a las escrituras. Tienen miedo que al adorar las Deidades de Dios, crearán una relación con Dios y entonces la gente ya no permanecerá en este mundo. La relación con este cuerpo será cortada, se amargarán todas las cosas de maya y la gente saldrá del samsara y entrará en el mundo espiritual.

Madhvacharya vino en kali-yuga. Dios lo envió a este mundo para que hiciera una relación con las entidades vivientes. ¿Qué relación? Si alguien hace una relación con los miembros de la familia de Dios, uno muy fácilmente sentirá un apego por Dios; esto es seguro. En consecuencia uno se desapegará de los parientes de sangre y de los disfrutadores materiales quienes sólo propagan bhoga-vada, disfrute sensorial. Los sistemas modernos de educación enseñan este bhoga-vada para que la gente se apegue más y más a este mundo. Los maestros espirituales genuinos y las filosofías puras son muy raras de encontrar en este mundo.

Los parientes de Madhvacharya vivieron en Pajaka Kshetra, en un área montañosa cerca del océano. El nombre de su padre era Madhyageha Bhatta y Vedavati era el nombre de su madre. Ellos adoraban a Ananta Padmanabha. La localidad de Pajaka Kshetra se encontraba muy lejos de Udupi.

El padre de Madhvacharya solía caminar una larga distancia para ir a adorar a Ananta Padmanabha, y luego regresar a casa. Un día dijo: “Soy anciano, no puedo venir desde tan lejos y organizar tantas cosas para adorarte. No tengo hijos que me ayuden y estoy rodeado de seguidores impersonalistas de Shankara. ¿Cómo puedo servirte? Por favor ven conmigo a mi casa, ahí Te adoraré”.

Madhyageha Bhatta era un brahmana pobre que vivía con su fiel esposa en el área de una colina rocosa, donde el agua y la vegetación eran escasas. El área también era peligrosa, ya que estaba habitada por serpientes. Cerca de allí había una cueva donde Parasurama realizaba bhajana. Madhyageha Bhatta permanecía en una cabaña de madera donde adoraba a Ananta Padmanabha. ¿Cómo fue el Señor ahí? Él Lo invitó diciendo: “Si Usted quiere, puede venir conmigo. Pero no Le puedo cargar, no tengo fuerza, ni poseo un carro”.

La deidad de Ananta Padmanabha accedió a ir, y siguió a Madhyageha Bhatta.

El área donde Ananta Padmanabha residía había sido tomada por mayavadis, que predicaban fuertemente por todas partes: “Todos son brahman, aham brahmasmi, sarva khalv idam, tat tvam asi prajñanam, prajñanam brahma", Debido a que los mayavadis creen que todo mundo es Dios, no respetan las Deidades de Dios, y en vez, ellos afirman: “Yo soy Narayana”.

Madhyageha Bhatta adoraba a Ananta Padmanabah; sin embargo no poseía nada para ofrecerle. Mendigaba raíces, frutas y vegetales de las aldeas y se los daba a las Deidades. Pero no había agua ahí. Vedavati acarreaba agua de una fuente lejana para sus necesidades. Un día, fue con un comerciante y le pidió un préstamo. Dijo: “Compraré un par de toros y de esta manera podré cultivar, labrar y cosechar algo para servir a mi Ananta Padmanabha”.

 “Sí, te daré un préstamo”, dijo el comerciante.

Compró un par de toros. ¿Pero dónde cultivaría? En su área había poco campo abierto para cultivar y lo que cultivaba con ardua labor era atacado por hambrientos animales montañosos.

Pensó: “¿Qué debo hacer?”

 “Prabhu, Usted es muy extraño”, le dijo a Ananta Padmanabaha. “Le he servido toda mi vida. Ahora estoy viejo, ¿Quién me ayudará? ¿Y quién Te servirá? Tengo una relación con Usted, y más nadie. Pero no tiene seguidores ni sirvientes, ¿Qué puedo hacer sólo?”

Entonces por el deseo de Ananta Padmanabha, nació un hijo para Madhyageha Batta y fue nombrado Vasudeva.

Cuando era un niño pequeño, Vasudeva era dejado solo en la cabaña mientras sus padres se iban a trabajar. Su madre iba por agua y su padre adoraba al Señor y así. Su padre estaba endeudado con el comerciante, y el hombre iba una y otra vez a perturbarlo, diciendo: “¡Regrésame mi dinero, ahora hay muchos intereses!”.

¿Cómo podía darle dinero? Madhyageha consiguió un toro para cultivar, pero no había lluvia ni agua. Además, ¿Cómo podían cultivar?, si crecía algo, era comido por los animales.

Pensó: “¿Cómo puedo mantener y servir a Padmanabha? El comerciante siempre me perturba diciendo: ‘¡Págame mi dinero, de otra manera te quitaré tus toros’”.

Vasudeva era tan solo un niño. Al ver que su padre estaba perturbado le preguntó: “¿Por qué estás descontento? ¿Cuál es el problema?”.

Su padre no contestó, pero su madre dijo: “ÉL está endeudado”.

 “¡¿Dinero?! Eso no es nada”, dijo Vasudeva.

Vasudeva le preguntó al comerciante: “¿Necesitas dinero?”.

 “-Sí”
 “-Muy bien, siéntate aquí”

Fue al bosque donde había un árbol de tamarindo. Colectó un puñado de semillas, las envolvió en una tela y se las dio al comerciante, diciéndole, “Toma esto. Pero no lo abras aquí, ábrelo en tu casa”.

El comerciante fue a casa y cuando abrió la tela, encontró monedas de oro. Dijo: “Tan sólo me debía cuatro monedas, ¡Pero aquí hay muchas más!”. Más tarde cuando el prestamista vio al niño, se apegó mucho a él.

Si alguien tiene el deseo de servir a Dios, después de algún tiempo el corazón se limpiará. Pero si alguien entra en contacto con maha-bhagavatas, o sirve a los vaishnavas, rápidamente la naturaleza de uno cambiará.

Ahora, aquel comerciante tenía respeto en su corazón, dijo: “Este niño me dio el doble de lo que su padre me debía”.

Regresó y dijo, “Toma este dinero extra”.
“-No, yo estoy endeudado contigo”, dijo el padre.
“-No, tu hijo me dio demás”.
“-¿Le diste dinero a este hombre” , le preguntó a Vasudeva.
“-¿Por qué habría de dar yo? Ananta Padmanabha quien le dio. Él es tu Señor adorable y está presente junto a Maha Lakshmi. Él otorga todo”.
Cuando Vasudeva dijo esto, el respeto de su padre por Ananta Padmanbha incrementó.

El comerciante también se inclinó por el servicio a Ananta Padmanabha, y dijo: “Donaré una vaca. Dénle a Ananta Padmanabha la leche de la vaca”.

En aquella área los árboles y plantas apenas crecían. Sin embargo donde quiera que Vasudeva pisara mientras jugaba en las áreas aledañas, crecían pasto y vegetación. Grandes árboles banianos, árboles de bananas, de cocos y de otros tipos, crecían automáticamente.

Su padre preguntó: “¿Quién plantó estos árboles?”.

 “¿No sabes, padre?” dijo Vasudeva, “Ananta Padmanbha tiene muchos sirvientes. Ellos se encargan de todo”.

 “-¿Quiénes son Sus sirvientes?”
 “Hay 33 crores de semidioses que sirven a los devotos. Donde sea que hayan devotos de Dios, los 33 crores de semidioses irán a servir y arreglar todo en aquel lugar”.

Entonces su padre sirvió a Ananta Padmanabha con mayor respeto y fe. La vaca daba leche y la madre hacía yogurt, y muchas preparaciones para ofrecerlas al Señor.

Antes nadie iba ahí, pero entonces el comerciante anunció, “Este niño es muy poderoso”. Escuchando esto, mucha gente comenzó a visitar a Ananta Padmanabha y al pequeño Vasudeva.

Su madre iba muy lejos por agua para la vaca, los toros, el baño, cocinar y demás, por esa razón se encontraba muy cansada. Vasudeva dijo; “Madre, ¿por qué estás tan perturbada? ¿por qué vas tan lejos? Donde sea que el Señor está presente con Sus devotos, todos los ríos sagrados están presentes” .

Entonces tomó una piedra de la montaña y dijo en voz alta: “Oh Ganga, por favor ven, Oh Yamuna, Godavari, Tapti, Narmada, por favor vengan”. Y todos los ríos sagrados llegaron. Su padre fue y vio a todos los ríos, asombrado preguntó: “¿Cómo los llamaste, quién te enseñó estos mantras?”.

“-Estos no son mantras, estos son los nombres de los ríos sagrados. Simplemente los invité. El servicio a Dios no es ninguna broma. Si alguien tiene amor por Dios y avidez por servirlo, entonces todos vendrán y ayudarán”.

Su madre examinó el agua y vio que era muy dulce, tanto como un néctar.

Quienquiera que vaya a tal lugar, puede tomar agua de aquel pozo y probar su muy dulce sabor. Hay cinco o seis escaleras en la colina, y el agua siempre está presente; nunca está seco. La gente se baña, toma, cocina, lava ropa y la usa para todo, pero el agua jamás se contamina o se acaba.

Un día la madre preguntó a Vasudeva, “Estás sólo. ¿A dónde vas a jugar todos los días?”

 “-Voy a una colina donde Parasurama realiza austeridades en una cueva” .
 “-No vayas ahí” .
 “-¿Por qué”.

 “Hay una gran serpiente ahí. Se come a todos los animales y nadie va por  allí. Es un demonio que permanece en el cuerpo de una serpiente” .
Vasudeva fue y preguntó: “Parasurama, ¿Es verdad que allí hay una gran serpiente come-hombres?”

“-Sí”, Parasurama replicó. “Pero no viene a mí. Tiene miedo de mí; pero destruye a todos los demás”.

Una vez, la serpiente atacó a la vaca, en realidad era un demonio en el cuerpo de serpiente. Cuando atacó a la vaca, Madhvacharya fue y le pateó; entonces el demonio salió de su cuerpo de serpiente y mientras le atacaba, dijo: “Primero te mataré, después a tu vaca y después a tu familia. Estube en silencio durante mucho tiempo, pero ahora me estás perturbando”.

Madhvacharya dijo: “Crees que tienes mucha fuerza, pero eso es inservible” . Lo agarró con su mano izquierda, y con sus pies lo piso y lo desbarató.

Parasurama fue y derramó sus bendiciones sobre Vasudeva. La serpiente había perturbado a mucha gente; por ello nadie iba a aquella área.

Cuando la serpiente murió, la gente perdió el miedo y fue por el darshan de Ananta Padmanabha. Entonces, su padre hizo muchas preparaciones con la leche de la vaca y cocinó muchos granos y distribuyó prasadam a todos los que iban.

Él dijo: “Dios está aquí, Maha Lakshmi está aquí, nada escaseará. Da maha-prasada a todos, no hay problema”.

Vasudeva continuaba jugando en las colinas. Su madre le preguntó: “¿A dónde vas?” 

“-Juego con los pavorreales, pericos, ardillas y otros animales”.
“-No deberías jugar con otros animales”.

“-Son semidioses y sabios que han venido aquí en los cuerpos de animales y plantas para obtener la misericordia de Ananta Padmanabha; de otra manera hombres y mujeres comparten sus cuerpos los unos con los otros para un disfrute insignificante. Por esta razón los sabios no desean obtener un cuerpo humano. Yo sé esto, los animales diariamente toman maha-prasada y adoran a Dios; no necesitan cuartos, casa, políticas, ni nada. Escuchan el kirtan, las clases y se ponen muy contentos” .

Pero su madre le dijo: “No estoy muy contenta de que vayas”.

Él jugaba en las colinas aledañas. Su madre lo llamaba desde lejos y él brincaba desde una distancia de cinco kilómetros.

“-¿Cómo llegaste tan pronto?”, preguntó ella.
“-Tú me llamaste, así que vine debido a tus bendiciones”.

Donde Madhvacharya posaba sus pies hacía una marca como si la piedra fuera de arcilla. Sus huellas continúan allí hasta el día de hoy.

Ella dijo, “cuida del cuarto de Ananta Padmanabha. Haré preparaciones de leche. No vayas de aquí para allá”.

Cuando su madre se encontraba ocupada y fuera de la casa, él se alejaba un poco para jugar. Cuando ella regresó vio en frente de la entrada al templo un gran peñasco que niveinte hombres habrían podido alzar. Pensó que un demonio lo había hecho, y llamó con pánico a su hijo: “¡¿Dónde estás?!”
Madhvacharya apareció en frente de su madre a su llamado. Ella preguntó: “¿Cómo apareció esta piedra aquí?”.
 “-¿Qué podía hacer? Usted no estaba aquí, así que la puse ahí para que nadie pudiera entrar”.
Entonces cogió la piedra y la lanzó a un lado.
 “-¡Tienes mucho poder!”
 “-Sí, si alguien tiene el deseo de servir a Dios, Dios dará todo tipo de fuerza y habilidad” .
 “-¡Oh, tienes una relación tan profunda con Ananta Padmanabha!”.
 “¿Por qué no? Si uno sirve a las deidades de Dios, obtendrá una relación con Dios y el poder y fuerza de Dios vendrán”.

Si la gente sirve a los vaishnavas, entonces su naturaleza cambiará. El comerciante iba diario a servir a Ananta Padmanabha. Sin el darshan de Ananta Padmanabha no estaba feliz. Organizaba muchas cosas para el servicio de Ananta Padmanabha. Antes sólo le decía al brahamana: “Estás en deuda conmigo”. Ahora decía, “He actuado mal”. Por servir a los vaishnavas obtuvo liberación de maya y de sus anarthas.

chāḍiyā vaiṣṇava-sevā nistāra pāyeche kebā
“Sin servir a los vaishnavas
¿quién puede librarse de las garras de maya?”.

En este mundo hay una verdad y un proceso simple que es muy beneficioso. Éste es servicio a los vaishnavas.

Acharya Madhva una vez le dijo a su padre: “Tomaré sannyasa”.
“No, sannyasa no es para tu edad” , su padre respondió.

“Si no renuncio a todo lo de este mundo”, Vasudeva dijo, “¿Cómo puedo servir a Dios? Tú enseñas que el servicio a Dios es lo más importante. Si sirvo a maya y a gente mundana, iré al infierno vida tras vida. La gente mundana sólo enseña bhogavada, gratificación sensorial; enseñan cómo engañar a otros en pos de su propia riqueza y bienestar. Dejaré toda relación con esa gente, únicamente tendré relación con Dios y Sus devotos. Por lo tanto tomaré sannyasa”.

En aquel entonces Madhvacharya apenas tenía doce años, y dijo: “Iré a encontrar un guru”. Fue con Achyuta Preksha de Udupi, quien era entonces el Acharya de la Shankar sampradaya.

Tomó sannyasa de él y recibió el nombre de Purnaprajna Tirtha. Empezó a discutir filosofía con su guru, especialmente el vedanta sutra. Achyuta Preksha habló las doctrinas de Shankara, cubriendo el verdadero significado del vedanta, pero Madhvacharya cortó todos sus argumentos con citas de las escrituras, derrotando la errada filosofía de la Shankara sampradaya. Su guru estaba impresionado ante la brillantez de su discípulo y le preguntó cómo había obtenido tal dominio de las escrituras.

Madhvacharya dijo: “Si usted sirviera a las Deidades de Dios, entendería el significado de las escrituras y las escrituras estarían dentro de suyo. Por su propia inteligencia y especulación gramatical no puede entender la sastra. Todo será oscuro para usted. No entenderá nada. Sólo vendrán anarthas y no paramartha”.

El corazón de Achyuta Preksha se suavizó y preguntó: “¿cómo me puedo rendir?”

“-Primero ten fe en la sastra. La sastra no son sólo palabras, oraciones, literatura o novelas. Esta es la verdad. Diariamente lee con respeto el brahma-sutra. Entonces obtendrás darshana y sé feliz con ello”.

Entonces Achyuta Preksha empezó a recitar el brahma-sutra diariamente antes de comer en la mañana y a realizar nirjala-ekadasi.
En una ocasión, durante un dvadasi, el tiempo de parana estaba a punto de terminar y no tuvo tiempo para recitar el brahma-sutra; entonces le preguntó a Madhvacharya: “-¿Cómo puedo romper el vrata, no he leído el brahma-sutra”.

“-No te preocupes”, dijo Madhvacharya, “escribiré un pequeño anubhasya. Puedes leer eso y después tomar parana”. 

Entonces Madhvacharya inmediatamente escribió un anubhasya del brahma-sutra y se lo dio a su guru de inmediato.

Achyuta Preksha estaba sorprendido y dijo: “No soy tu guru, de hecho soy tu discípulo. Estoy muy feliz”.

Madhvacharya dijo, “Gurudeva, por favor deme permiso para predicar y conectar a las entidades vivientes con los miembros de la familia de Dios. Si la gente no tiene relación con la familia de Dios, entonces irán corriendo a disfrutar de sus familiares. Si tienen relación con los asociados de Dios, entonces abandonarán todo en este mundo y tendrán el deseo de servir a Dios y los enviaré a ellos con usted para que les ayude a hacer una relación con Dios. Iré y les daré una buena oportunidad a las jivas”.

Primero fue a Dharmasthala que está lleno de mayavadis; allí vio cientos de sannyasis, y los convocó diciento: “Vengan a la cima de Sringeri que es el lugar de su guru”. Cuando ya todos estaban reunidos en ese lugar, les dijo: “Hablaré aquí con cada uno de ustedes; si me derrotan, me pueden castigar, y si los derroto, los podré castigar”.

Luego de escribir un acuerdo con cada uno, Madhvacharya debatió con todos los mayavadi Acharyas. Los derrotó y dijo: “No los mataré; sino los arrojaré al río Tungabhadra”.

Añadió: “Ustedes creen que son Brahma, pero ¿de qué manera son Brahma? Brahmaes Parabrahma: Dios. Ustedes no son Dios, son perros. ¿cómo serían Brahma? Este cuerpo físico no es hombre ni mujer; el mismo es alcanzado según el propio karma debido a una gran fortuna. ¿Por qué tienen este orgullo falso?, ¿por qué no piensan en servir a Dios? Dios les ha dado esta oportunidad de servir y recibir conocimiento sobre Él. Pero en vez de servir a Dios ¡están engañando a todos!”

Entonces arrojó a todos los mayavadis al río Tungabhadra y nacieron en esas aguas como grandes y fuertes peces. Si van un día allí, verán que los peces son muy hambrientos. Comerán cualquier cosa que arrojen, ya sean cadáveres o sustancias fétidas.

Muchos años han pasado, pero aquel río sigue lleno de peces. Son muy grandes y coloridos. Si les das comida, irán a la superficie del agua, la comerán y luego se sumergirán de vuelta. Sus rostros, color y ojos son muy penetrantes.

Madhvacharya pensó, “Esta es una buena vida para todos ustedes. Si en verdad son Brahma, entonces como Brahmas pueden vivir juntos y comerse entre ustedes; éste es su castigo”.

Cuando los mayavadis fueron derrotados, muchos de sus seguidores se hicieron discípulos de Madhvacharya. Los convirtió en vaishnavas y les enseñó como portar el tilaka vaishnava y otras tantas cosas.

Luego se dirigió hacia Badrikasrama. Se encontró allí a Vedavyasa y le oró diciendo: “Usted tiene muchos supuestos seguidores que en realidad son mayavadis. He escrito un comentario sobre el Gita”. Entonces le enseñó su comentario a Vyasadeva, quien se puso muy feliz de leerlo. Más tarde Vedavyasa, dijo: “Antes tuve cuatro discípulos, pero todos eran impersonalistas; ahora, estoy muy contento que prediques la filosofía vaishnava. Donde sea que estés, te ayudaré. Tú entiendes mi corazón. Ve y predica”.

Entonces Madhvacharya predicó muy fuertemente. ¿Cómo lo hizo? A donde fuera hacía hari-sankirtan. Ayudaba a las jivas enseñándoles a seguir ekadasi, las reglas y regulaciones del sastra y el servicio a los vaishnavas.

Si alguien quiere cruzar maya, entonces debe hacer relación con los vaishnavas. Pero no una relación de mente o cuerpo. Los vaishnavas son almas, partes y parcelas de Dios. Esto es eterno, no es algo mortal o mundano. El servicio del alma es hari-sankirtan, hari-prasada y hari-seva. Si no hay hari-seva, entonces uno definitivamente hace maya-seva. Si no hay hari-katha, entonces definitivamente uno realiza maya-katha.

De otra manera, sólo ir y alimentar y masajear el cuerpo de cuero no es vaishnava-seva. Sin maha-prasada, este cuerpo jamás será útil ni será favorable. Si uno da maya-prasada, todas las malas cualidades vendrán. Nada más aparte del maha-prasada debe ser tomado para mantener la vida.

Si alguien visita Udupi, verá que todos pueden tomar maha-prasada. Jagannatha acepta muchas ofrendas en Jagannatha Puri para ayudar a las entidades vivientes. Maha-lakshmi, cocina y luego ofrece todo el maha-prasada de Jagannatha, entonces la naturaleza mundana de la gente son destruidas.

Madhvacharya entonces empezó a predicar y distribuir maha-prasada. La gente preguntaba: “¿Qué ocurrirá si no alcanza?”.

“-No hay problema, Maha-lakshmi está aquí. Annapurna Devi está aquí”.
Madhvacharya se bañaba diariamente en el océano y realizaba tarpana y tilañjali a los vaishnavas Acharyas. Un día, mientras hacía tapa y mantra, un gran barco iba pasando, cuando un barquero vino en una pequeña balsa cerca de la orilla y le dijo a Madhvacharya: “Mientras pasaba por aquí escuché un sonido que me dijo: `Ve con el sadhu y dale un regalo´. Intenté cruzar, pero el sonido volvió y dijo: “Sin sadhu-seva, perderás todo. Yo intenté cruzar por la fuerza, pero mi barco se atoró”.

El barquero entregó como regalo para Madhvacharya un gran pedazo de tilaka; pero ¿quién le dio esta instrucción? Dentro del tilaka, Parabrahmaestaba presente, y desde allí instruyó al barquero.

Madhvacharya estaba muy feliz. Y luego de tomar su presente, este se cayó de sus manos y se rompió en pedazos al tocar el piso. De un lado, Baladeva prabhu se manifestó y del otro lado Gopal.

Baladeva prabhu dijo: “No me iré de aquí. Quiero estar a las orillas del mar. Me gusta este lugar”.

Madhvacharya construyo un lugar para Baladeva prabhu a orillas del océano, y llevó a Gopal unos cuantos kilómetros tierra adentro y allí construyó un templo.

Dijo a los sevakas: “Dios Mismo ha venido en la forma de Gopal sosteniendo un palo para batir”.



 
Construyó un gran estanque en el que hasta el día de hoy Gopal pasea en un bote cada noche, y luego es llevado alrededor del estanque en un palanquín, desde donde da darshan a todos.

Madhvacharya dijo a Gopal; “Bien, Ahora me iré a predicar”. Partió junto a muchos discípulos. En aquel entonces, por todos lados en India habían líderes moghules y musulmanes, sin embargo había un territorio hindú. Cuando los devotos cruzaron por aquel lugar, el rey hindú les dijo: “Están pasando por nuestra tierra, así que deben pagar impuestos”.
Madhvacharya dijo: “No tengo dinero, soy un sadhu”.

“-Si no das impuestos, entonces debes trabajar. Caba un pozo para mí”.
“-Bien”. Dijo Madhvacharya, “-Pero primero enséñame cómo hacerlo”.
Entonces por la potencia de Madhvacharya, el rey trajo una pala y empezó a cavar.

Madhvacharya dijo, “-Continúe así, vendré después para verificar su trabajo”.

Luego de un año, Madhvacharya regresó y vio que el rey seguía cavando. Entonces dijo el rey: “Hice mal. Cometí un error y me castigaste. Ahora por favor ayúdame a traer un poco de agua”.
“-¿Por qué quiere que los sadhus sean sus esclavos? Ellos tienen todo el poder. Si los sirves te bendecirán. Pero si tratas de hacerlos tus esclavos, eso no es posible”.
“-Por favor perdóname”.
Entonces Madhvacharya tomó unos pedazos de piedra e hizo un gran lago. Todos sus discípulos junto al rey hicieron abhiseka de Madhvacharya. Aquel kunda todavía está presente. Es un gran lago de agua dulce y sus aguas nunca se acaban. De otra forma no habría agua disponible en aquel lugar.

Madhvacharya cruzó aquel área y luego se dirigió a territorio musulmán. Allí vio un gran cementerio donde había un jardín y un área muy bonita. Era el cementerio personal de la familia del rey. Madhvacharya fue y se sentó ahí y llevo parafernalia para adorar y hacer kirtan.

El mullah y el kazi se le aproximaron y le dijeron: “Por favor, baba, no haga kirtan aquí. Hubo un gran problema aquí. El hijo del rey, el príncipe, murió ayer. Lo pusieron en el cementerio. Por lo tanto todos están sufriendo aquí. Vaya a cualquier otra parte”.

“¿Está muerto? ¡Lo pusieron en el cementerio! No, no está muerto. Lo pusieron ahí a la fuerza. Vine a salvarlo”.

Las noticias fueron enviadas a la familia del rey y todos fueron corriendo a ver al sadhu y prosiguieron a desenterrarlo. El príncipe se encontraba dentro de un ataud en el cementerio musulmán. Su cuerpo había sido decorado y sepultado; una vez desenterrado Madhvacharya le habló al príncipe que yacía en el féretro abierto, diciendo: “¡Hey, despierte! Vida tras vida ha sufrido. En esta vida le pusieron en el cementerio a la fuerza. Tome este prasada y charanamrita”. Recitó un mantra, y el príncipe se sentó.

Madhvacharya dijo, “Ahora eres el seguidor de Gopal”.

“-Sí”, respondió el príncipe.

Entonces el rey dijo: “No, él es mi hijo”.

“-Pregúntele”, dijo Madhvacharya, “¿de quién es seguidor del rey o de Gopal?”

“-No conozco ni a Gopal ni al rey. Soy tuyo, tú eres mi guru y yo soy tu discípulo”, respondió el príncipe.

El rey dijo: “No, no renunciaré a mi hijo. Toma su peso en oro o cualquier joya. Pero no te daré a mi hijo”.

Madhvacharya dijo: “Puedes quedarte con tu hijo, ahora debo marcharme”.

“-Acepte un regalo”.
“-No quiero nada”.

El rey le donó muchas riquezas, pero Madhvacharya tiró todo al río.
Después de la partida de Madhvacharya, el príncipe no se quedó en su palació; como un loco y caminaba por la pradera, gritando: “Gurudeva, Gurudeva, Gopal, Gopal”. Divagando de tal forma, finalmente llegó a Udupi, al templo de Gopal.

Al llegar al templo, no se le permitió la entrada por tratarse de un príncipe musulmán; entonces ¿Qué podría hacer este niño para entrar? Era tan fuerte su deseo por el darshan de Gopal, que se paró a un lado del templo y sollozó: “Gopal, Gopal”. Más tarde Madhvacharya le dio el gopal-mantra.

¿Qué hizo Gopal? Por la noche cerró la puerta principal con ladrillos y abrió cuatro hoyos en la pared lateral que daba hacia otra calle; desde allí llamó al niño: “Ven”. Utilizando los hoys ambos se encontraron.

A la mañana siguiente, los pujaris vieron que la puerta del templo de Gopal estaba cerrada con ladrillos. En el lado del camino habían cuatro hoyos y el niño estaba con Gopal.

Después de un largo tiempo, Madhvacharya regresó. Dijo, “A Gopal le gustan todos, tiene amor por todos. El alma no tiene casta mundana. El alma es propiedad de Dios y parte y porción de Dios”.

Desde aquel día hasta hoy, Gopal no regresó a su altar inicial. Un nuevo templo fue construido para Él justo al lado del camino donde se encontró con su devoto; desde allí otorga hoy su darshan.

Madhvacharya predicó hablando hari-katha, distribuyendo maha-prasada y sirviendo y enseñando a servir a los vaishnavas. Estas tres cosas son muy importantes.

Ahora la gente piensa: “No hay vaishanvas. Todos son karmisordinarios”. Ésta es una idea absurda. Quienquiera que venga a servir a Dios, si Dios y Gurudeva los aceptan y les dan el santo nombre y hacen kirtan y bhajana, son vaishanvas.

Si quieren hacer progreso en su vida, ofrézcanles respeto y sírvan a los vaishnavas; tengan una relación con harinama y Harikatha y tomen mahaprasada. No hay necesidad de nada más, así se librarán de los anarthas. Pero si no tienen respeto ni fe por los vaishnavas jamás avanzarán.

Por esa razón, Prabhupada Sarasvati Thakura llamaba a todos “prabhu”.

ek Mahāprabhu, nitya Prabhu caraṇa

“Un Mahaprabhu es Caitanya Mahaprabhu, 
todos Sus seguidores son prabhu”.

¿Cómo? Pues ellos son maestros en este mundo. Enseñan y ayudan a las jivas, organizan todo. Si no respetan a esos vaishnavas, ¿cómo progresará su vida? Si piensan que son ordinarios, ¿cómo pueden progresar?

arcye vishnau sila-dhir gurushu nara-matir vaishnave jati-buddhir
vishnor va vaishnavanam kali-mala-mathane pada-tirthe ‘mbu-buddhih
sri-vishnor namni mantre sakala-kalusha-he sabda-samanya-buddhir
vishnau sarvesvare tad-itara-sama-dhir yasya va naraki sah

“Aquel que piensa que la forma de la deidad adorable del Señor Vishnu es de piedra, que el maestro espiritual fidedigno es un hombre ordinario, que el vaishnava pertenece a una casta en el sistema varnashrama, que el agua que ha lavado los pies del Señor Vishnu o de los vaishnavas, y de hecho aquella agua remueve los pecados de kali-yuga, es agua ordinaria, el nombre del Señor Vishnu, el cual es un mantra sagrado que remueve todos los pecados, es un sonido ordinario; o que el Señor Vishnu es igual a otras personas, es un residente del infierno”.

Si piensan que las Deidades de Dios son piedras o que los vaishnavas están pertenecen a una casta, alta o baja, entonces destruyen su propia vida. Los vaishnavas no tienen casta, son propiedad de Dios, miembros de la familia de Dios. Están fuera de este mundo y de las castas de este mundo.

Luego Madhvacharya fue a Dharmastalam donde habían muchos supuestos seguidores del dharma. Todos fueron convertidos en vaishnavas; les enseñó a servir a los devotos, tomar maha-prasada, y seguir las reglas y regulaciones del bhakti. Desde entonces la gente no comía más que maha-prasada y no permanecían sin kirtan y no hacían nada sin vaishnava-seva.
  


Pero ahora la gente piensa, “Soy un vaishnava, mi hijo es un vaishnava, mis discípulos son vaishnavas, mis discípulas son vaishnavis, pero nadie más es vaishnava. No compartiré nada con otros”.

¿Qué es esto? ¿Cómo la gente puede progresar? Respeto y fe son lo más importante. Las almas condicionadas ordinarias siempre piensan: “¿Quién sigue mis pasos?¿Quién lame mis pies?¿Quién es mi esclavo?”

Esto no es vaishnavismo. Los vaishnavas son neutrales. Son respetados y respetan a los seguidores de Dios. Si uno no sigue y sirve a Dios ¿cómo la gente lo seguirá?

Prabhupada Sarasvati Thakura dijo: “Gastaré cientos de galones de sangre para salvar una persona”.

Ya que esta persona puede cambiar en este mundo. Ayudar a las entidades vivientes es necesario.

Madhvacharya siempre adoraba las Deidades de Dios y no pasaba un solo día sin adorarlas. En sus templos, dio el deber a sus sannyasis de servir a Thakurji: “Deben venir cada mañana, se bañan, se duchan y luego ofrecen mil ocho hojas de Tulasi con Krishna mantra a los pies de Gopal. Luego hacen arati puntualmente cada hora”. Los sannyasis también cocinan con sus propias manos y ofrecen el bhoga a Gopal. Cocineros pagados u ordinarios pensarán, “Tomaré panir extra, y esconderé diez, veinte piezas de rasa malai para mi amante”.

Tal mentalidad es como abordar el tren expreso al infierno. Uno debe estar únicamente dedicado al servicio a Dios.

Madhvacharya enseñó el significado de sastra a sus discípulos y escribió muchos comentarios. Predicó por toda India, sur, norte, este y oeste, haciendo muchos discípulos y convirtiendo seguidores de Shankara, Buddha y brahmavadis. Cambió a todos, dándoles su verdadera identidad y cualificación para el servicio permanente.

En sus pasatiempos finales, se encontraba en Udipi en el templo de su Guru Maharaja dando una clase sobreTaitariya Upanishad, cuando derrepente los semidioses empezaron a arrojarle flores desde el cielo; cayeron tantas flores que su cuerpo quedó completamente cubierto.

Sus discípulos fueron y removieron las flores, pero vieron que Madhvacharya había desaparecido.

Madhvacharya instruyó a sus discípulos: “Practiquen bhakti, siempre sirvan a Gopal y sigan toda la etiqueta vaishnava. Entonces mandaré mis expansiones como acharyas, ellos ayudarán. En el futuro muchos acharyas muy poderosos vendrán. De hecho, Dios mismo vendrá en esta línea. Esta sampradaya será muy beneficiosa para todo el mundo”.
Hoy es el día de su desaparición, sin embargo él no dejó su cuerpo. Él es en realidad la encarnación de Hanuman, Bhima y Pavana-devata y se fue de vuelta a su hogar.

Su deidad está presente en un lugar que también ha sido llamado Vrindavan. Está en medio del río Tungabhadra; allí hay una isla de piedra donode se encuentra su deidad automanifestada. 

Madhvacharya dijo: “Los futuros Acharyas en mi línea pueden venir y pedir consejo aquí, y cuando dejen sus cuerpos, sus samadhis se harán aquí también”.

Aquel lugar es llamado Vrindavan. Vrinda significa samuha (encuentro, reunión), todos los vaishnavas están presentes ahí. Bhakta-vrinda.

Por hacer parikrama de aquel lugar y sentarse ahí, una inspiración espiritual entrará al sus corazónes. Si su mente está muy intranquila, al ir a aquel lugar se sentirán muy apasiguados.

Las glorias de los acharyas son el alimento de nuestra alma. Al beber de este néctar seremos muy fuertes y desearemos seguir el bhakti y permaneceremos fijos.

El día de hoy ofrecemos respeto a Madhvacharya. Él es Pavan-devata, que significa, que cuando respiramos, él entra, y sale llevándose nuestras impurezas. 

Oren a Madhvacharya por su misericordia y bendiciones, entonces seremos fuertes en nuestra práctica de bhakti.



 

Ofrecido en memoria de Srila Gurudeva Sri Srimad Bhaktivedanta Narayana Gosvami Maharaja

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Traducción al español: Vedavyasa das

Edición y corrección: Hari-rasa das

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